Que lleva el cielo en la frente
y nubes en la mirada
a veces brilla radiante
o llueve desesperada.
Que la agita sereno el viento,
suena alegre entre las ramas,
es beso, la brisa templada
y vendaval en mi cama.
A mis ojos ciegos su luz
clara por las mañanas,
profunda en la tarde triste,
eterna de madrugada.
Que lleva el alma en el cuerpo
y le late en las entrañas,
tiembla en mis manos presa
y vuela libre y ligera.
Que es la tierra a mis pies
y no soy hombre sin ella.

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