La soledad de los amantes en la contrariedad de la ausencia de un relato que los narre. De partida mitológicamente negados. Sin posibilidad discursiva más allá de la crónica, un mensaje apresurado, a vuelapluma tres líneas, pobre poema, pie de foto, siempre sin testigos. La imposibilidad de compartir su historia condenada al ostracismo, carente de una luz que de afuera les alumbre y sea la constatación, prueba de su existencia. Fe de los amantes que se desvanece contingente a falta del papel que todo lo puede, lo soporta, donde asirse y desde donde conquistar no ya el pasado, atisbar el futuro… Ser algo más que un sueño que se desvanecen al despertar, un desvelo en la noche, el alma que se posee al abrazarse, el cuerpo que se anhela, suerte de miembros enredados, manos a desordenar la piel, baile de lenguas y besos en una oralidad sin palabra, susurro, alguna que otra obscenidad, pequeñas promesas que nadie oirá, ni implican nada y son recuerdo abocado al olvido en el instante de pronunciarse; la confusión del deseo sin un punto y final, fuente inagotable de placer que se expresa en voz baja, suspiros y gemidos apenas audibles extinguiéndose. No habrá épica para los amantes, los héroes de un amor, de humilde sufriente, hecho de silencios, fortuitos encuentros, distancias insalvables, negado al mismo tiempo de nacer. No obtendrán aprobación ni reconocimiento en el reino de lo dicho. Morirán o por el contrario arderán eterno como una llama, pálida, fatua emergiendo del pantano, prendida a salvo de la invención del hombre, el fuego que quema y consume, convierte en cenizas las gestas de quienes se atreven, juegan a los dioses.

Siempre encantada de leer tus palabras. Enriqueces mi vocabulario. Lo manejas de manera espectacular !! Estoy orgullosa y envidiosa a la vez. ☺️