Un rostro, el mío, es la superficie. Del cielo. La del pantano, un mar en calma. De viento, de brisa, de lluvia, de gracia bailan y se agitan las aguas, un ojo aquí, otro allá, la nariz, labios que ansían. Relieve, picos y valles. Todo vuelto hacia dentro, al interior contenido flotando a la deriva de un tiempo para el amor, suave balanceo, sutil corriente de vida. O visto hacia arriba desde lo profundo los sentidos al exterior, límite de nosotros, proyectándose hacia fuera.
Cielo anterior, origen. Lugar de donde venimos y al que volver. Energía espiritual que atestiguar sin que haga falta morir. Solo de muerte pequeña, entre los brazos de quien se espera y en el mismo acto de amar, su transcurrir, temblar en las manos, regresar para ver nacer el alma. Luna de plata, hebras de luz, hechizo de estrellas a cuya magia declinan las mareas penetrando por cada poro para abrigar, alumbrar el ser. Potente fuego. Misteriosa y masculina llama que hace hervir el agua, crepitar de la emoción y son las aguas de esta deriva mía, su fuente impulsiva, intención, las que sensual sacian la sed. Del equilibrio de fuerzas, en la pelea, oleadas de placer, cálido nos recorren. Sentido en todo tiempo, lugar para dar fe, dejar constancia, probar la existencia. No comprende la razón si no se vive…
Cada amanecer del cielo solo dos caminos, Eros o Thanatos. Inusitado camino que hay recorrer… Diotima, yo elijo el mar, vieja sirena, transito bañada de azul, en la incertidumbre surco las aguas. Nado a lo ancho y a lo largo de un océano, a la deriva de un sueño. O cambio mi cola por estas piernas y al correr soy también el ave que planea, sobrevuela el pantano, alas del pensamiento me observa, yo misma espectadora, tercera en concordia. Para ensayar la compasión, deleitarme en la ternura de este amor que se agita, a veces suena a guitarra, cuerdas en la menor, vibra al compás, a punto de extinguirse. Recuerdo de otra melodía se escuchan las voces, siempre una distinguida del resto, de posibilidad discursiva, logos. Y mecida de viento, brisa, celestial, es alegría de vivir en pos de la belleza, erótico deseo más allá del cuerpo, voluntad, las ganas al infinito, eternidad en un abrazo. Verdad.
Mi suerte, azaroso acontecimiento, resbala la lluvia en un espejo. De mi habitación al mundo. Me miro aqui y reflejo allá, reconozco en cada rostro, la exclusividad de la flor, brizna de hierba, un animal, aspiro a todo cuanto me importa. Espejo vuestro yo. Somos la imagen del mundo, invención, potente fuerza creativa, ordenadora; y caos. Espejo, superficie bruñida, puente entre dos mundos, caudal que aúna y separa, conecta, anima y animu hermanados, fundidos en la alta noche de los tiempos. Cielo de esperanza y paz, horizonte de sentido, tú y yo girando por el espacio, vagando sin descanso, en la acción del verbo transcurriendo, hasta encontrarnos y reunidos, en la comprensión, significado y sentido engendrar la realidad, completar el universo. Vínculo creativo, nacer de la Poesía. Nos dure…

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