
Pilates La Pletórica. Reto 22 (o11ce más o11ce). «Alimentando el cuerpo, ensanchando el alma». Como os decía el otro día grabar estas clases es un privilegio para mí. Especialmente al principio rompían la monotonía de los largos días de encierro y era la manera de salir de casa sin salir y trabajar sin ir a trabajar, sentirme útil, productiva, algo que en esta sociedad y de acuerdo a los valores que nos han inculcado resulta muy importante en tanto identificamos en gran medida lo que somos con lo que hacemos. Que merezca la pena darle una vuelta a esta cuestión, aprender que no somos lo que somos capaces de producir, mucho menos en términos económicos no le resta importancia en tanto, como decía, es algo que tenemos muy interiorizado y nos afecta sin que medie voluntad alguna. En mi caso el trabajo que ejerzo, la enseñanza, me provoca muchas satisfacciones que exceden con creces lo material. La creencia de que puedo contribuir a mejorar de alguna manera la calidad de vida de las personas, de vosotros, me provoca muchísima alegría. Me encanta el vínculo que se va creando entre nosotros, la relación en unas condiciones casi siempre muy favorables a generar calidez y confianza. Cuando uno acude a una clase de Pilates busca un ambiente sano, lo hace buscando desconectar, pasar un buen rato, no pensar, propiciar el sentirse a gusto, FLUIR su mente con su cuerpo en un diálogo sin palabras de sensaciones físicas y emociones diversas, no siempre positivas pero que encuentran cauce para la expresión y nos avisan de aquello que pueda no estar yendo bien dentro de nosotros. Estas clases por tanto me hacen recordar todo lo que compartimos habitualmente y tiene tanta importancia en nuestra vida para, añadido a otras actividades y cuidados, estar bien, a gusto con nosotros mismos y en paz con el mundo. Sin embargo, aún mi gran capacidad para la evocación os echo mucho de menos. Sentir la fuerza del grupo, nuestras respiraciones a una, esa energía que se crea y se contagia de unos a otros, y supone un desafío a veces y es compañía y es compartir los éxitos de la pierna que sube más, la plancha que cuesta menos, algunas frustraciones cuando pesa el culo o el malestar que provoca el cuello y que siempre hay que intentar dejar tirado en el mat para en la última gran exhalación, renovados, irnos a casa sabiendo un día más que ha merecido la pena el esfuerzo, que somos dueños de nuestro cuerpo, que lo nutrimos, lo alimentamos de vida y a través ensanchamos el alma. Gracias por todo. NAMASTÉ.
Muchas gracias por tus escritos,por tus clases y por todo el amor que pones.
Yo si te echo mucho de menos y ojalá pronto te pueda dar un achuchón.
Cuídate mucho y seguiré contigo en la distancia.
Muchísimas gracias, querida Mariola! Quererte a ti es muy pero que muy fácil. Ojalá pronto ese abrazo!
Que bonito escribes. Gracias por todo lo que das que es mucho y maravilloso ..
Un millón de gracias a ti. Eres una persona muy agradecida y generosa.
Holaaa y yo k te voy a decir Mi Celia k te extraño mucho k gracias xr dejarme estar en tu vida 😗😗💚
Un millón de gracias a ti por llegar a ella como un soplo de bondad, generosidad y aire fresco!
Me siento muy orgullosa de haberte conocido, y seguir teniendo contacto contigo eres grande en todo lo que haces ,besos….
Un millón de gracias querida Rosi. Yo también me alegro y ¡estoy deseando darte tu taza!
Confieso que me cuesta muchísimo sentir todo eso con el ejercicio físico; pero, de todas las clases que he probado, la tuyas son las que puedo disfrutar más. Muchas gracias, Celia!
Jo, Toñi, me halagas. ¡Qué bien poder compartir algo contigo y sentir corresponder un poco tu enorme generosidad! Besos.
Celia, MUCHAS GRACIAS, por tu generosidad y buen trabajo!
Todos lo que haces emana Alegria y Amor!!!
Un beso fuerte. Te echamos de menos!!
¡¡Muchísimas gracias a ti por acompañarme!! Y escribirme, que me encanta…