Por fin un año en que el día de la mujer pudiera ser un tiempo, un espacio, para la reflexión, rescatarlo de la costumbre y consistiera necesariamente en algo más que ir de manifestación, reproducir hasta la saciedad, a mí al menos ya me cansa, me aburre soberanamente, las formas de las mujeres antes que nosotras, mucho antes, tanto que algunos no se acuerdan o quieren olvidarse cómo era y honrándolas en la memoria concederles el mérito, agradecerles, cuando solo ocupar la mujer el espacio público, invadirlo, marchar las calles de una ciudad en tropel, todas a una, las más atrevidas, valientes en representación, tenía un sentido y ese hecho era en sí mismo claramente la alteración, la subversión del orden establecido y daba escalofríos verlas pasar, andar juntas…
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Recuerdos
Confesiones III
El otro día fallecía un señor en su casa al incendiarse la cantidad de cosas que acumulaba. Una muerte típica de diógenes,(¿por qué será?, ¿quizá catarsis?; polvo somos y en polvo nos convertiremos, cenizas), ¡pobre hombre! Y enseguida pensé que a mí eso no me pasará. O puede que sí indiscutible a estas alturas que los extremos se atraen, se tocan y se puede ser capaz de algo y su contrario, de la pasión al odio, que más que principio y final hay un continuo, un defecto puede convertirse en virtud y a la inversa. Pero en fin, que me enrollo y en ese momento lo que verdaderamente pensé, irreflexiva, refleja y relajadamente tomando un vino y alentada por mis hermanas que me conocen bien, es que yo no podría ser diógenes…
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De luto. En duelo.
Me cuenta la Pletórica que lo del cementerio de elefantes en sentido literal es un mito, no existe tal como espacio que acumule restos vitales y huesos en un desesperado canto al infortunio y apología de la nada, pero no lo es en sentido figurado porque por supuesto existe un lugar a donde van los elefantes a parar cuando se mueren y desde donde se les honra. Cuando un elefante termina, agota su tiempo aquí emprende un viaje, de nuevo no en sentido literal sino figurado, metáfora de un cambio de estado vuelve al lugar del que ha venido, regresa a la tierra que le vio nacer, al origen de todo…
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Un junio
Se abre la carne
Del centro a atrás
De mi espalda al pecho
Siento un dolor
Sordo atravesarne
En cuerpo y alma
Reabrir la herida
Que se hace verbo
Como la palabra,
Miro al horizonte
Donde brota la poesía…
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Madrid eterna
Ni me faltó pueblo
ni me sobró ciudad.
Todo lo tuve en ti,
Madrid.
Todo me diste.
Madrid.
Infinita hacia el cielo,
acogedora por dentro,
seductora al exterior,
femenina y bonita.
Nada me debes.
Sin serlo es que fuiste mía.
Te recorrí entera,
me paseé tus calles
y estuve en ti…
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23 del Abril robado de 2020
Si digo quien me quiera que me escriba es toda una declaración de intenciones y es una declaración de amor. La de mis escritores, tantas letras que me llegaron, las historias que me narraron, los personajes que me acompañan, todo lo leído y releído que forma irremediablemente parte de lo que soy, que no puedo dejar de amarles, a ellos a través de mí, de mí a través de ellos si me conozco en ese acto que digo es pura generosidad y transcurre mágico, conquistar tu corazón y transformarte todas las veces para mejor, que es el poder de la comunicación sublimado en el arte cuando lo que recibes es material delicado, sensible, de necesidad, necesario…
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Entre Tú y Yo la Ría
Nadie se muere por nadie y sin embargo todos tenemos un muerto a nuestras espaldas. Uno del que sentirnos culpables o responsables o las dos cosas al tiempo. Le enseñó a pescar. Al principio intentó esquivarle. No le gustaban los curas en general ni este en particular. Su padre había fallecido siendo él un crío dejando a su madre viuda con tres hijos más, pobre y necesitada. Gracias a un familiar había podido ingresar en el seminario y hacer carrera. Entre los hombres del pueblo gozaba del respeto que se había ido ganando muy poco a poco venciendo a pulso la desconfianza inicial hacia todo lo venido de fuera…
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Te nombran…
Te nombran mis hijos
Y en su boca suena alegre
Sabe tan dulce
De su voz infantil
A sus labios, su risa…
Dicen Papá y te nombran
El vasto lugar que ocupas
En su corazón
Espacio, cobijo creas
De barro entre las manos
La ternura del artesano
Sublime en ellos tu amor…
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Esencia de duende
Muerdo suave tu oreja
y el mordisco es tibio
entre mis labios dulce.
Sube del cuello un aroma
me inunda por la nariz
esencia de duende
que lo envuelve todo.
Como si emanara de mí
te llevara por dentro y…
Contra mi miedo tus ganas
desnudando este cuerpo
dolido, de poco pasado,
desecho en ti, banal, el ego…
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