En un acto cada vez más íntimo de quien se sienta a una mesa y generoso se dispone a entregarse. Es un hombre, yo lo veo. Desde aquí, por la espalda lo veo. Y podría ser muchos distintos, en común la fuerza, la espalda ancha, los hombros, ambos brazos, ramas de árboles que vendrán, que vendrían, ancho su cuello, la cabeza inclinada, el pelo o no, el filo de las orejas, vertido hacia delante, a eso que mira y no es a mí pero es a mí la intención, las piernas cruzadas hacia la derecha, la izquierda encima, o hacia atrás por debajo de la silla, tierno y virilmente dispuesto…
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Escribir
X. El amor en los tiempos del cólera.
Quien me quiera que me escriba y de oficio sentarme a una mesa en un mercado concurrido, lleno de puestos y color, de bullicio y alegría, con apenas unos folios, sobres, una pluma de madera que me hubieran regalado o directamente mi móvil, las mil y una notas de Google keep, como ahora, para escribir cartas, sobre todo de amor, como esta, si quisieras, mi querido lector, cliente en potencia y a cambio de nada, si acaso un gesto, la emoción en tus ojos, media sonrisa, un vino o un café, ganarle un rato a la muerte. Inventar otros discursos…
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23 del Abril robado de 2020
Si digo quien me quiera que me escriba es toda una declaración de intenciones y es una declaración de amor. La de mis escritores, tantas letras que me llegaron, las historias que me narraron, los personajes que me acompañan, todo lo leído y releído que forma irremediablemente parte de lo que soy, que no puedo dejar de amarles, a ellos a través de mí, de mí a través de ellos si me conozco en ese acto que digo es pura generosidad y transcurre mágico, conquistar tu corazón y transformarte todas las veces para mejor, que es el poder de la comunicación sublimado en el arte cuando lo que recibes es material delicado, sensible, de necesidad, necesario…
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De la serie tiempo y lenguaje
Encontrar un lenguaje que sirva a la narración, que transcurra lineal en el tiempo o salte de adelante a atrás, de atrás hacia delante con coherencia y cuente la historia que quisieras leer, la que te sorprende, la que te encuentra inevitable y te traspasa ingenuo de ella hasta ahora que ya es parte de ti y te perseguirá siempre, donde vayas en tu conciencia o subconsciencia, las historias que recuerdas…
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Mi madre y La Fuertes.
Vale pues no lo vais a creer pero dice que me ha escuchado por la radio y además Radio Nacional. Bueno, a mí no, si no a mí en la voz de la escritora y le ha hecho un montón de ilusión. Para empezar porque le encanta la radio, siempre ha sido muy de ella, de la mañana a la noche la radio encendida e incluso de madrugada los ratos de insomnio cuchicheando a su oído, que no se hacía a los auriculares y le resultaban molestos…
Si fuera a nacer (43).
Si fuera a nacer de ti naciera
Se repitiera el tiempo otra vez
De nuevo esta madrugada
Viniera de lejos a ti
Que te creciera por dentro
De tu sangre me inundaras
A la vida que me dieras
Mi suerte te mereciera….
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De la serie sueño y ternura
Soñar la ternura. Si se pudiera, ensayarla… Un deseo, un sentimiento potente, una sola emoción que te embargara y te dominara entero y de la cabeza a los pies. (…)