En un acto cada vez más íntimo de quien se sienta a una mesa y generoso se dispone a entregarse. Es un hombre, yo lo veo. Desde aquí, por la espalda lo veo. Y podría ser muchos distintos, en común la fuerza, la espalda ancha, los hombros, ambos brazos, ramas de árboles que vendrán, que vendrían, ancho su cuello, la cabeza inclinada, el pelo o no, el filo de las orejas, vertido hacia delante, a eso que mira y no es a mí pero es a mí la intención, las piernas cruzadas hacia la derecha, la izquierda encima, o hacia atrás por debajo de la silla, tierno y virilmente dispuesto…
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Escribiendo...
Eres
Eres las letras que escribo
El espacio en blanco que las separa
El hueco entre los renglones
El vacío de antes
La plenitud después…
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De la serie tiempo y lenguaje
Encontrar un lenguaje abreviado que de a poquito diga más y traerlo desde el exceso borrando lo innecesario, escribiendo lo justo para que nombre mejor, tan bonito… (…)
Confesiones II
Hacía mucho que no confesaba, tengo poco que confesar o las dos cosas al tiempo, el caso es que hacía mucho que no os contaba algo de lo mío pero allá va, sin más preámbulos, sin dilación, alto y claro: ¡yo no uso emoticonos! (…)
De la serie tiempo y sueño
Se abre una puerta en tu sueño que siempre está abierta, entornada al menos, probable y posible, y que cada vez que atraviesas llegas a un lugar en el que ya estuviste, del que no regresaste, al que aspiras, que te espera y acogedor te aguarda, dormido o despierto. Y apareces en ese salón, esa casa… (…)